Piedras para cada signo del zodiaco
Todos los elementos provienen de esas cocinas cósmicas que son las estrellas. Tanto el polvo estelar que nos compone como el que integra a las piedras preciosas y las gemas. Estos cristales y cuarzos atraen energías que las hacen corresponder con cada uno de los signos del horóscopo, y a cuyo contacto se potencian nuestras cualidades y fortuna.
¿Cuál es la piedra que le corresponde a tu signo, y que beneficias te aporta poseerlas?
La piedra de Capricornio:
A este signo le corresponde la obsidiana.
Nacida de las entrañas de la tierra, emerge con la furia de los volcanes. Resultado del enfriamiento de la lava, es una piedra negra y suntuosa, que dentro de sí guarda como una gema los secretos del corazón de la Tierra misma. Es una roca que insufla el valor de los Capricornio, y que aumenta el fuego de la confianza en sí mismos. Deben portarla cuando es necesario tomar decisiones duras.
La piedra de Acuario:
A este signo le corresponde la amatista.
Esta piedra de color violeta, de suave brillo y firme consistencia, es un recordatorio de la unión del agua y del cielo en los atardeceres sobre el mar: es un símbolo de la memoria. Es un mineral que siempre se ha ligado a los poderes de la mente y los grandes cambios en la historia. Es un cuarzo que ayudará a Acuario en el trazo y el éxito de todos sus planes y proyectos. También es una roca que se liga con la capacidad personal de cambiar y renovarse.
La piedra de Piscis:
A este signo le corresponde la aguamarina
Desde su color mismo, esta piedra evoca el mar y su poderío. El simbolismo de sus aguas, siempre relacionadas con el sueño y la sensualidad, también se ligan a la aguamarina, una roca que desde tiempos antiguos se coloca en las almohadas para que provoque sueños de ventura. Si Piscis la posee como amuleto, esta roca le ayudará a elevar su capacidad de tener sueños venturosos y de usarlos para moldear el destino. También le ayudará a ser más productivo.
La piedra de Aries:
A este signo le corresponde el diamante
Una roca que refleja el poder interior de Aries. Esta bella piedra que nace de las grandes presiones en el centro de la tierra es como el nativo de este signo, que no se doblega ante el sufrimiento o las presiones, que sabe duplicar y esparcir la luz que recibe, que no pierde valor con el paso del tiempo, sino todo lo contrario. Aries, como el diamante, tiene un filo que puede traspasar cualquier superficie, para Aries no hay superficie que pueda contenerlo. Además, es una gema que, como Aries, respalda los compromisos más largos y verdaderos.
La piedra de Tauro:
A este signo le corresponde la esmeralda.
Una roca que desde tiempos arcanos se relaciona con la salud y la sanación. Es un excelente amuleto que neutraliza las energías negativas y que nos fortalece ante la depresión y la ansiedad. Su color favorece la salud del corazón. Todas bondades que hacen más fuerte a los incansables toros. Y como ellos, es un cristal de brillo delicado, que sólo destaca en el ambiente adecuado.
La piedra de Géminis:
A este signo le corresponde la perla.
Esta piedra preciosa no es tal: es el resultado de la filtración de una ostra, las imperfecciones del fondo marino convertidas por un ser vivo en una gema suntuosa, que hace de la luz un juego de sombras y de luces. Es una joya como la naturaleza de Géminis: secreta, oculta, con capas que deben irse descubriendo. Se cree que reúne en sí las bondades sanadoras de la Luna.
La piedra de Cáncer:
A este signo le corresponde el ágata.
No se trata de una piedra cualquiera, sino de una reunión de varios minerales, que en conjunto crean una superficie de tonalidades rojas y escarlatas, donde la luz recrea un caleidoscopio de ricas sugerencias. De ese modo que Cáncer cree firmemente en la unidad de voluntades como la clave del éxito en el amor, la vida y en el trabajo. También refleja ese tempestuoso mundo interior que tiene cada uno de los nativos de este signo.
La piedra de Leo:
Granate.
Esta roca es de un color particular, frutal y a la vez sanguíneo, que nos habla de la doble naturaleza de los nativos del signo del león: al mismo tiempo es vida y a la vez es letal. Los leones son los mejores cazadores, pero también poseen la sabiduría para ser grandes reyes y reinas. En el granate reina una luz suntuosa que se parece al conflicto que yace en el interior de cada uno de los Leo: ¿Acción o meditación?
La piedra de Virgo:
A este signo le corresponde el zafiro.
Desde tiempos arcanos, se ha usado a esta piedra para conectar con el mundo de los sueños. Con ella es posible recordarlos, y hasta tenerlos en la forma que se desea, buscando respuestas en ellos. Es una gema que, en posesión de Virgo, le aporta clarividencia y claridad para elegir: uno de los trámites más difíciles de realizar por un nativo de este signo. Y, desde luego, les ayudará a tener sueños lúcidos, útiles para realizar una profunda introspección.
La piedra de Libra:
A este signo le corresponde el jade.
Esta gema de brillo vegetal, se ha ligado siempre a la fertilidad y la sensualidad. Es una roca que, de estar en contacto con Libra, le ayuda en su construcción de la armonía interior y del equilibrio tan caros a este signo. Es una joya que funciona mejor en la compañía de música y canto, en la alegría de quien goza de la vida. Llama a la fortuna y al trabajo, y nos hace fecundos en las buenas obras.
La piedra de Escorpio:
A este signo le corresponde el ónix.
Esta roca de talante metálico se relaciona con la fortaleza, pero sus fragmentos de cristal engazados nos hablan, también, de una secreta debilidad. Es, pues, señal de una secreta ternura, como la que ostentan los Escorpio bajo las capaz de dureza y pasión que exhiben en la vida. Si poseen a esta gema, serán más centrados en sus pasiones, y tendrás menos dudas y celos.
La piedra de Sagitario:
A este signo le corresponde la turquesa.
Esta piedra preciosa se usaba para aclarar la visión, la de los ojos y la de la mente. Es una gema que, en contacto con un Sagitario, le brinda claridad para definir sus objetivos y para desarrollar las estrategias para alcanzarlos. Si duerme con ella, sus sueños le mostrarán caminos que, de otra manera, le quedarían ocultos. Es una joya que, además, potencia el atractivo de quien la posee, y le hace irresistibles.
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